Combinación de esencia de trufas negras y aceite de oliva extravirgen, que dentro de su botella incluye una lonja de este preciado hongo que armoniza su sabor.

¿Cómo y cuándo usarlo?

El aceite de trufa negra puede ser usado en platos calientes o fríos. Por la fuerza de su aroma, se necesita sólo de un toque sobre la preparación terminada, de manera de no cocinar el aceite.

Una aplicación leve -un twist- entrega el sabor de la trufa negra, con la ventaja de una conservación asegurada por varias semanas, lo que no se consigue con la trufa fresca que debes consumir en un plazo de días.

Ideas de uso

Sobre un risotto justo antes de servirlo; al terminar una salsa blanca u otra; sobre pasta recién hervida; en una crema de verduras o simplemente aderezando un puré de papas.

Se puede combinar con carnes blancas como pavo, pollo y codorniz, y con pescados como salmón o corvina. Maridarlo con una amplia gama de verduras y todo tipo de masas.

En entradas o preparaciones más ligeras, este aceite es perfecto para potenciar el sabor de ensaladas, carpaccios y crudo. Incluso sobre una simple tostada permite crear en pocos minutos un aperitivo diferente.

Raíces chilenas

La trufa negra de este aceite proviene de las cordilleranas tierras chilenas de la Región del Biobío donde se desarrolla naturalmente en las raíces de árboles de roble y avellano.

Asimismo, es elaborado con aceite de oliva chileno de la más alta calidad, que permite a la trufa desplegar su distintiva conjunción de aromas que transforma los platos más sencillos en una fiesta de sabores.